Marruecos, tierra de contrastes
Cuando viajamos, solemos adentrarnos en la eterna disyuntiva entre playa o montaña. Pero los viajes a Marruecos te ofrecen un sinfín de posibilidades que permiten combinar a la máxima perfección ambos alicientes. Las cumbres de la Cordillera del Atlas proporcionan al paisaje marroquí una belleza tal que resulta imposible describirla con palabras. Sólo se puede sentir este ambiente casi místico que envuelve a este espectacular entorno experimentándolo en vivo. Y en cuanto a sus costas, este territorio presenta múltiples encantos tanto en la costa atlántica como en la mediterránea.
Una primera aproximación a este hermoso país de contrastes podemos iniciarla en el puerto de Tánger, punto de paso entre el Mediterráneo y el Atlántico. La medina de Tánger es hoy uno de los mayores ejemplos de los vestigios comerciales de su pasado, caracterizado por el paso de multitud de pueblos y culturas. Entrando precisamente en esta medina, nos encontramos con el famoso zoco, uno de los lugares más concurridos y atractivos de la ciudad, donde podemos sacar a un buen precio nuestras compras utilizando el siempre recurrente arte del regateo. Desde el Gran Zoco, accediendo por la calle Italia, alcanzamos la Kasbah, la antigua fortaleza de Tánger, cuyas murallas vigilan la medina y todo el resto de la ciudad. Este importante núcleo portuario guarda muchas más sorpresas a sus visitantes como, por ejemplo, una plaza de toros. Tánger es asimismo una ciudad que, aunque muchos lo desconocen, rebosa intelectualidad. Muchas de sus calles reflejan el eco de referencias artísticas y literarias. Y es que la ciudad ha inspirado a genios de la talla de Eugène Delacroix, Henri Matisse, Oscar Wilde o Tennesse Williams.
Otra ciudad marroquí que sin duda sorprenderá en tus viajes a Marruecos es Agadir. Situada en la costa atlántica, su bahía destaca por la exuberancia de su vegetación, ya que se encuentra rodeada de eucaliptos, pinos y tamaris. Este marco incomparable hace de la Bahía de Agadir un lugar idóneo para el baño y la práctica de los deportes náuticos, especialmente la vela, pero también el windsurf. La ciudad también ha alcanzado relevancia turística en los últimos años gracias a la potenciación de los circuitos termales. De hecho, varios hoteles y complejos turísticos de la zona se han especializado en talasoterapia, con lujosos hammams y spas centrados en el bienestar y el tratamiento estético de los clientes. Agadir constituye asimismo una ciudad rica en arte, cultura e historia. El encanto natural de la ciudad destaca también por la impresionante atmósfera que se crea en torno al Parque Natural Souss Massa. Las dunas y estepas se mezclan con zonas húmedas y áridas, dando como resultado unos paisajes realmente abrumadores.
Y es que el increíble patrimonio natural de Marruecos es digno de admirar. Su Cordillera del Atlas es un paraíso para todos los amantes del trekking y el montañismo. Pero el Atlas es mucho más que unas cumbres de ensueño. En la llanura de Yagour se encuentra la localidad de Oukaimeden, destacada por sus más de 2.000 pinturas rupestres que se remontan a 5.000 años atrás. Estos vestigios nos enseñan que ya desde tiempos inmemoriales el hombre siempre ha buscado estos territorios de increíble belleza paisajística. Otra localidad destacada es la ciudad de Ifrane. Próxima a ella se encuentra la famosa carretera de los lagos. Uno de los más destacados es el de Dait Aoua, junto a la de Aguelmame, que en bereber significa 'lago verde'.
Paisajes de ensueño, ciudades milenarias repletas de pintorescas y bellas calles. Tus viajes a Marruecos son mucho más de lo que imaginas. Porque a tan sólo unas pocas horas de avión desde Europa todo un mágico paraíso de contrastes de espera. No lo dudes. ¡Marruecos no te decepcionará!