Un viaje lleno de naturaleza
Hay países donde la naturaleza cobra una especial relevancia. Uno de ellos es sin duda Canadá. Se trata de un país tan extenso que resulta difícil conocer todos y cada uno de sus más apreciados tesoros medioambientales. Para iniciar nuestros viajes a Canadá, podemos comenzar por la impresionante región de Alberta. En ella se encuentra el Parque Nacional de Banff, situado en la localidad del mismo nombre, a los pies de las siempre sobrecogedoras Montañas Rocosas. Se trata del primer parque nacional de Canadá, declarado en 1885. Cada año es visitado por millones de personas, lo cual avala la majestuosidad de este lugar. No obstante, también es visitado por ser uno de los principales lugares donde se puede apreciar al oso pardo en su hábitat natural. Las zonas de pinares próximas a la localidad de Lake Lousie son muy apreciadas por los turistas debido a sus rutas de senderismo. El sur de Alberta es conocido asimismo por albergar en su subsuelo un vasto cementerio de dinosaurios fosilizados. En este lugar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, se han hallado los esqueletos de numerosos seres vivos prehistóricos.
Si Alberta destaca por sus osos pardos, en la provincia canadiense de Manitoba podrás encontrar diferentes especies de aves y ballenas beluga. La bahía de Hudson es un lugar propicio para avistar a los cetáceos nadando despreocupados en las aguas de esta fría bahía. Y es que la vasta variedad de especies que se da en el país hacen que los paisajes canadienses sean el retiro más anhelado para los naturalistas de todo el mundo. Pero si decides hacer tus viajes a Canadá en verano, no te preocupes, la zona ártica de Canadá recibe la visita de multitud de turistas que desean contemplar a la fauna autóctona en su hábitat natural. Churchill, también en Manitoba, está considerada como la capital del oso polar. Quienes se acercan hasta este lugar podrán contemplar a estos grandes animales que están protegidos para evitar una temprana extinción. Asimismo, los paisajes de esta zona constituyen bellas estampas que te parecerán postales, o un sueño, pero no, tras unos segundos de duda comprobarás que lo que estás viendo no es ninguna fotografía ni ningún sueño, sino un precioso paisaje natural (y real) que se extiende más allá de donde tu mirada puede alcanzar. Aunque si hablamos de maravillas naturales, en Canadá hay una en concreto cuya espectacularidad es difícilmente descriptible con palabras. Se trata de las Cataratas del Niágara, las cuales han sido retratadas incluso por el séptimo arte. Y es que resulta difícil resistirse a no filmar el espectáculo que conforma la caída de estas aguas. Sencillamente increíble.
Pero Canadá no sólo vive de paisajes. Sus ciudades también guardan encantos que no puedes perderte. La capital del país, Ottawa, muy próxima a la frontera septentrional de los Estados Unidos, presenta edificios singulares donde las cámaras fotográficas de los turistas echan humo de tanto retratarlos. Uno de ellos, el cual organiza visitas guiadas, es el edificio del Parlamento canadiense. En la explanada que se ubica justo enfrente del palacio parlamentario tiene lugar el cambio de guardia, una vistosa celebración que también merece la pena acercarse para poder verla de cerca. Tampoco puedes perderte los románticos y pintorescos canales de Ottawa, que podrás recorrer a través de diversos cruceros organizados.
Aunque Ottawa sea la capital de Canadá, al otro extremo del país se alza Toronto, que es la ciudad más grande del país. El principal símbolo de esta moderna urbe es sin duda su torre de las comunicaciones, la CN Tower. Esta construcción, que puede apreciarse desde todos los puntos de la ciudad, presenta una altura de 550 metros. Quienes no padezcan de vértigo podrán subir a su cúspide desde un ascensor panorámico. En su cima, las vistas de la ciudad de Toronto son espectaculares. Ya lo sabes, si buscas en tus próximas vacaciones un auténtico paraíso natural, entonces no lo dudes más, ¡Tienes que realizar uno de nuestros viajes a Canadá!