Entre las aguas del océano Pacífico y las nevadas cumbres de la cordillera de los Andes todo un extraordinario conjunto paisajístico, artístico e histórico se alza imponente. Así es Perú, un país con multitud de lugares para dejarse seducir por la magia del Imperio Inca. El sobrecogedor conjunto de Machu Picchu es la punta de lanza de un fabuloso patrimonio histórico que también puede contemplarse en la imperial ciudad de Cuzco o en la zona más antigua de la capital del país, Lima. Y es que América del Sur alberga gran cantidad de tesoros naturales, paisajísticos, artísticos y monumentales. Y si hay un país que reúna como ningún otro todas estas maravillas ese es sin duda Perú.
Pero si hay un nombre que asociamos rápidamente al mencionar Perú, es sin duda, Machu Picchu. Esta impresionante ciudad-santuario fue construida por los incas en la segunda mitad del siglo XV. Su espectacularidad reside en el hecho de que una población tan maravillosa fuera construida en esas altitudes. Son muchas las preguntas que los visitantes se hacen nada más llegar a este emplazamiento arqueológico: ¿Cómo fue construido? ¿Por qué motivos? ¿Qué funciones tenía? El magnetismo del enigmático Machu Picchu proviene precisamente de cuestiones como estas, muchas de las cuales aún permanecen sin respuesta.Por ello este lugar conserva una magia especial que todavía hoy no somos capaces de explicar en nuestros días. Su vasta extensión hace imposible recorrerla por entero, por lo que lo más habitual consiste en recorrer dos de sus principales zonas: la agrícola y la urbana.
Para acceder al área de Machu Picchu debemos partir de la población de Aguas Calientes. Desde allí diferentes líneas férreas como la del Tren Expedition trasladan diariamente a multitud de visitantes hasta esta joya arqueológica. Su valor es tan alto que en 1983 la Unesco declaró este lugar Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad. Perú, alberga tal cantidad de emplazamientos históricos que Machu Picchu, aunque es el más conocido, no es el único lugar que ha sido catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Esta consideración también fue asignada al centro histórico de la hermosa ciudad imperial de Cuzco. Su valor destaca en la extraordinaria muestra de Arte Virreneinal, así como también en edificios tan emblemáticos como su Catedral, el Convento y la Iglesia de la Merced. El centro neurálgico de la ciudad es la Plaza de Armas, donde Francisco Pizarro proclamó la conquista de la ciudad en el siglo XVI. También destaca la singularidad del conjunto arquitectónico del barrio de San Blas, donde se ubica la parroquia más antigua de la ciudad, que data de 1563.
La capital de Perú, Lima, permite al visitante adentrarse de lleno en la historia al recorrer sus calles y plazas. Fundada por los españoles en 1535 con el nombre de Ciudad de los Reyes, atesora un enorme patrimonio artístico y monumental. Lima respira años de historia, pasear por sus calles nos transporta desde la época colonial, todavía presente a través de sus mansiones, hasta la modernidad reflejada en sus rascacielos. Ciudad poblada de balcones virreinales y alamedas de ensueño, con tradicionales que narran hechos mágicos y entrañables. Pero Lima también es modernidad y entretenimiento, que se refleja en su centro financiero y centros comerciales, ubicados en distritos como Miraflores o San Isidro. El poso colonial puede apreciarse en lugares como las plazas Mayor o San Martín. El conjunto de la Basílica y el Convento de San Francisco de Lima, supone otro de los puntos más interesantes del centro histórico de la capital peruana. Para conocer más a fondo el pasado de la ciudad, resulta recomendable visitar alguno de los casi cincuenta museos que alberga esta capital. Como, evidentemente, no da tiempo a visitarlos todos, debemos hacer una selección en la que merece un lugar destacado el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia de Perú, el más importante de todo el país andino. Quienes, tras visitar este museo, se queden con ganas de saber más acerca de la historia de este lugar, deben visitar las misteriosas líneas de Nazca en las Pampas de Jumana, cuyos geoglifos aún siguen siendo todo un enigma para los investigadores.
Pero Perú no sólo destaca por su rico y extraordinario patrimonio cultural, sino también por la belleza de sus paisajes. Buena prueba de ello es el magnífico Parque Nacional del Huascarán, declarado por la Unesco Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera. La belleza andina cobra en este lugar aún más relevancia con la impresionante Cordillera Blanca y sus lagunas turquesas, de origen glaciar. Este Parque Nacional hará las delicias de los amantes de la naturaleza en general y, en particular, de aquellos que disfrutan de los deportes de alta montaña. Otro singular Parque Nacional peruano es el de Manu, situado al sureste del país. En él habitan numerosas especiales de fauna y flora que conviven en un entorno natural de un altísimo valor ecológico protegido. En la meseta andina, a los pies del Lago Titicaca, emerge Puno, que incluye majestuosos vestigios prehispánicos y paisajes de ensueño.
Así es Perú, donde cultura y naturaleza se unen en una combinación perfecta para una luna de miel de ensueño.
¿Y qué no debéis perderos en vuestra Luna de Miel?
- Visitar Islas Palomino y nadar con lobos marinos.
- Descubrir la artesanía de las islas flotantes de los Uros (Puno).
- No te pierdas el museo de la Tumbas Reales de Sipán.
- Navegar con en un caballito de totora, embarcación ancestral.
- Comer un buen ceviche clásico mirando al Pacífico.
