Descubrir nuevos paisajes y surcar juntos las aguas de mares y océanos. Un crucero es una experiencia muy especial, pero más aún si se hace en compañía de la pareja en un inolvidable viaje de luna de miel. Contemplar un amanecer en alta mar desde las ventanas del camarote o disfrutar de una romántica cena en la cubierta del buque. Momentos para el recuerdo sin duda no faltarán en este viaje tan especial.
Puerto de salida con rumbo a vuestros sueños
El viaje de luna de miel permanece entre los más bellos recuerdos de las parejas. Un crucero permite disfrutar no sólo de los destinos que se visitan, sino también de la travesía en sí. Porque los buques que realizan este tipo de itinerarios son auténticas ciudades flotantes equipadas con restaurantes, teatros, cines, piscinas, spas, discotecas…
La vida a bordo de un crucero es muy diferente a la estancia en un hotel convencional. Tras una mañana relajante en los solariums y piscinas de la cubierta o en la zona de los spas, al caer la tarde la animación llega al barco con una amplia oferta de ocio: un espectáculo musical al estilo Broadway en el teatro del buque, bailes que se prolongan hasta la madrugada en sus discotecas…
Los cruceros también suponen una oportunidad perfecta para disfrutar de la gastronomía. Completos menús tipo buffet adaptados a todos los gustos o intolerancias permiten probar diferentes platos, tanto cocina internacional como recetas tradicionales de los diferentes países que se visitan.
Viajar a bordo de un crucero es una opción perfecta para conocer diferentes ciudades en un mismo viaje. Cuando el buque atraca en los diferentes puertos de la travesía, existe la posibilidad de realizar diferentes excursiones y visitas guiadas para conocer los lugares más interesantes de las escalas del crucero.
Qué no podéis perderos en vuestro viaje de novios a bordo de un crucero:
- Asistir a un espectáculo nocturno en el teatro del buque: un musical al estilo Broadway, un concierto… ¡Las posibilidades son muy variadas!
- Cargar las pilas en las zonas termales y de spa: la vida a bordo puede ser muy intensa, por lo que a veces nunca viene mal tonificar cuerpo y mente en los baños hidrotermales, donde además podemos relajarnos con un reconfortante masaje.
- Disfrutar de una romántica cena en alta mar: tu pareja, una exquisita cena y unas impresionantes vistas al mar. ¡Planazo para una noche de crucero!
- Disfrutar de la música en la pista de baile: en las discotecas del barco se puede bailar hasta altas horas de la madrugada… O hasta que el cuerpo aguante.
- Visitar alguna ciudad portuaria en una excursión organizada: siempre resulta interesante conocer en primera persona el encanto de los diferentes puertos en los que atraca el barco.