Los hoteles en Ametlla de Mar ofrecen un abanico de posibilidades. Es decir, en esta zona occidental peninsular los visitantes podrán realizar todo tipo de turismo: desde el naturista, hasta con mascotas, pasando por algunos más típicos como el familiar, el gastronómico y el activo. Acompañando a estos planes vacacionales se encuentra un sol constante y unas aguas de calidad que harán posible que tu piel luzca morena y brillante. Las actividades en el mar y en la montaña se pueden compaginar en este pueblo costero que esconde una gastronomía y una cultura que está deseando de conocerte. ¡No lo dudes más, tu destino de vacaciones es Ametlla de Mar!
Ametlla del Mar
Aprovecha y visita este maravilloso lugar que los hoteles en Ametlla de Mar te acercan con las mejores ofertas. Esta población situada en el nordeste peninsular conserva una fuerte unión con las playas de calidad y con el turismo de toda clase. Algo que caracteriza a este sitio es su gran cantidad de espacios naturales marinos donde podrás pegarte un baño. Las aguas transparentes y la calma del mar conformarán tus vacaciones en este magnífico lugar estival, todo ello, gracias a la variedad de calas que es posible detectar. La garantía de un baño cómodo y de calidad, con un respeto consistente al medio ambiente está más que garantizado. Cuatro son los lugares costeros que cuentan con el título de Bandera Azul que otorga la Unión Europea a las mejores playas. Nos referimos a las calas de Calafató y a la de Forn, además de a las playas de Pixa-vaques y de l'Arguer. Un mar cristalino, con una seguridad óptima, además de una arena idónea para poder caminar en ella, son los elementos que te harán tener unos días de descanso extraordinarios en estas orillas mágicas.
Cada una de las zonas costeras que reúne esta ciudad se adapta a las necesidades de los bañistas, ofreciendo múltiples opciones de baño. Por ejemplo, si eres de los que prefieren ir a zonas de baño naturistas, no hay problema, la playa del Torrent del Pi te da esa oportunidad. A lo mejor lo que deseas es llevarte a tu mascota al lugar costero que visites; en ese caso tampoco tendrás ningún impedimento en las calas de Bon Caponet y del Cementiri. Además de este abanico que te da la ciudad para disfrutar de ella, está la opción más tradicional: el turismo en familia. Zonas costeras como la Cala Bon Capó o la Cala de Tres Cales favorece el disfrute de la playa a todos los miembros de la familia, desde los más pequeños hasta los abuelos, pasando por padres y madres. Además, numerosos parques colocados en el paseo marítimo y en las calles principales del pueblo aseguran una diversión sin fin a los niños y niñas que vengan aquí. Sin embargo, si lo que quieres es desconectar varios días de la civilización contemplando y probando playas de gran calidad, tienes la gran suerte de vislumbrar varias calas vírgenes que harán tus deseos realidad gracias a los hoteles en Ametlla de Mar. La Cala de L'Estany Tort o la playa de Santes Creus, esta última de piedra, te transportarán a una dimensión natural difícil de experimentar en otro territorio. El sonido de las olas chocando con las orillas de arena o de canto de estas zonas que no han estado afectadas por ningún tipo de intervención humana, representan la esencia natural de esta ciudad que te conquistará cuando le des la oportunidad de conocerla. Si eres de esas personas que busca hacer una escapada veraniega realizando deportes que solo puedes ejecutar en entornos marinos, estás de enhorabuena. Ametlla de Mar posibilita el turismo activo, facilitando una serie de prácticas deportivas que pocos lugares pueden asegurar. Hablamos de buceo, snorkel, cayac, rutas en bicicleta o alquiler de navegaciones para poder contemplar las distintas calas desde dentro.
El que piense que los hoteles en Ametlla de Mar solo te ofrece estas impresionantes y variadas playas está muy equivocado. Este territorio es mucho más que eso. Su posición geográfica guarda rincones y paisajes que no te podrás resistir visitar. Un pueblo pesquero históricamente hablando forma este área peninsular que, en la actualidad, se sustenta del turismo. Este lugar sirvió durante muchos siglos como un refugio seguro para pescadores y en cerca de él se construyó el Castillo de Sant Jordi de Alfama en el siglo XVIII. Se trata de un monumento que aún sigue en pie y que debes animarte a visitar. Numerosos puertos deportivos y pesqueros esperan que camines por ellos, mientras la brisa marina te permite disfrutar del olor costero que envuelve esta ciudad. La gastronomía y los restaurantes aportan a tu paladar pescados y mariscos con un sabor exquisito. El l'Arrossejat y la Fideuada, arroz y fideos sofritos y hervidos con caldo de pescado respectivamente, encabezan los platos más populares y tradicionales de esta ciudad.
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