En un rincón del sur de España, y también al sur, en este caso de Cádiz, encontramos este oasis de tranquilidad y alegría. El sol baña cada una de sus calles y las palmas acompasan las horas que pasamos compartiendo nuestras vacaciones. Sus playas, máximo referente turístico del lugar, nos permiten dejar volar la imaginación tan lejos como alcanza la vista mientras disfrutamos sin desviar la vista del Castillo e isla de Sancti Petri. Ciudad Sostenible en 2002, su Parque Natural Bahía de Cádiz es también uno de esos rincones con encanto que no podrás dejar de visitar.
Unas playas que traspasan fronteras
Un hotel en Chiclana de la Frontera es el primer requisito para unas vacaciones de desconexión y relax total. Entre sus playas de la Barrosa o de Sancti Petri encontrar un destino vacacional que se ajusta perfectamente a nuestra medida es un trabajo de lo más sencillo. Arenas doradas y un mar envidiado y visitado desde todos los rincones del mundo, este lugar es algo más que un destino de playa sin dejar de serlo. Y es que su costa puede presumir de un par de galardones Bandera Azul y miles de planes de ocio. Puestas de sol idílicas y un horizonte en el que se perfila el Castillo de Sancti Petri completan un paisaje con todo lo necesario para alojarnos durante unos días sin prescindir de nada.
Una buena caminata comienza en la playa y acaba donde tú quieras a través de sus senderos. Estos caminos los descubrirás entre pinares, ríos y casas salineras o pequeñas cimas que nos permiten deleitarnos con fantásticas vistas. Sin duda, una experiencia sensorial que solo acaba de comenzar entre cruces de caminos.Su máxima expresión viene de la mano del flamenco, esa quintaesencia tan nuestra y reconocida en el mundo entero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Chiclana ofrece anualmente citas flamencas ineludibles y su vocación artística se remonta a siglos atrás, cuando nació uno de los primeros cafés cantantes del país.
Paseando por los mejores enclaves de la ciudad y descubriendo el legado inmaterial de estas tierras andaluzas, no podemos olvidarnos del Mercado Municipal de Abastos. Símbolo de la ciudad, no nos equivocamos si afirmamos que es uno de los mejores sitios para encontrar los ingredientes idóneos de la cocina mediterránea tradicional con los que acompañar un buen vaso de vino de la tierra. Sus bodegas y su teatro moderno son otras de las joyas que podemos encontrar en Chiclana, muy cerca de sus blancas ermitas, su Torre del Reloj o su Iglesia Parroquial, los más bellos ejemplos de la arquitectura de la zona.
Playa, sol, buenos momentos y paseos en los que dejar volar la imaginación son tan solo una pequeña parte de lo que te ofrece Chiclana. Y es que alojarse en Chiclana es la perfecta oportunidad para sentir el auténtico espíritu del sur.