Paz y descanso en una parte de la costa mediterránea alicantina. Eso es un elemento importante que te aportan los hoteles en Santa Pola, una ciudad donde se respira tranquilidad allá donde te encuentres. Turistas de todas las edades se concentran en este complejo turístico que no deja indiferente a nadie. Los padres e hijos disfrutan de playas calmadas que permiten que la diversión sea posible para toda la familia; los jóvenes salen a los diferentes pubs y discotecas a disfrutar de la noche de esta ciudad; y los jubilados pasean y se entretienen con temperaturas cálidas y suaves. Probablemente, gracias a todo ello, una esencia positiva e irresistible envuelve esta ciudad, ya que todo el que viene a Santa Pola repite. ¿Te atreves a comprobarlo?
El mejor lugar de vacaciones
Una exquisita variedad de playas apacibles forman esta población que conquista a mayores y jóvenes de la familia. Los hoteles en Santa Pola pueden garantizar un elemento valiosísimo en la temporada estival: tranquilidad. Muchas personas lo único que quieren cuando empiezan las vacaciones es tener unos días de descanso y de calma que hagan olvidar, al menos durante unos días, la ajetreada rutina de su trabajo. Pues bien, en esta zona mediterránea este factor está garantizado. Este pasaje urbanístico alicantino concentra una aguas que encajan a la perfección con la paz que desprende. Hay dos zonas costeras fundamentales: Poniente y Levante. Las playas de Levante cuentan todas con la garantía de calidad de la Bandera Azul, mientras que la zona de Poniente concentra una variedad de playas donde podrás desarrollar distintas actividades. Por ejemplo, es muy recomendable ver la playa del Pinet cuando vayas a hacer senderismo por una ruta de la microrreserva natural de la ciudad; o la playa Lisa si eres un apasionado de los deportes de vela como el windsurf. Eso sí, todas ellas tienen unas aguas inconfundibles que te permitirán darte un baño sin preocupaciones. Ganas de probar todas, ¿verdad?
Pues eso no es todo, en esta población hay lugares tan mágicos y espectaculares que no podrás desaprovechar la oportunidad de verlos. El Parque Natural de las Salinas tiene una gran relevancia a nivel internacional y es considerado una zona de Especial Importancia para las Aves. Esta zona da alimento a gran número de aves y sus balsas facilitan la extracción de sal. Los hoteles de Santa Pola también te acercan a la sierra. Esta ha sido formada a partir de un acantilado y tiene una altura de más de 140 metros, donde podrás ver la Torre Vigía Atalayol (el famoso faro). Además, en el cabo que es supervisado por esta sierra, se encuentra un arrecife de coral fósil histórico, que convierte a esta población en un lugar que congrega un paraje natural único.
Si algo caracteriza a esta ciudad es su carácter familiar. Los más pequeños de la casa desearán repetir el verano aquí cada año, y es que pocas poblaciones pueden presumir de tener un parque de atracciones dedicado para ellos, el Pola Park. En él, los niños se divertirán montando en variadas atracciones seguras y tendrán la posibilidad de comer en los distintos establecimientos que acoge. Además, determinados hoteles en Santa Pola realizan actividades dedicadas a ellos, aunque también cabe la diversión para padres, madres, abuelos y abuelas.
Para ver toda la costa y las aguas desde un lugar privilegiado, varios son los miradores que puedes contemplar una vez estés allí. Los Miradores Gran Alacant o el Mirador del Faro son algunos ejemplos que te harán ver los rincones urbanos y los paisajes desde otra perspectiva. Aunque estés de vacaciones, no pierdas la oportunidad de hacer deporte realizando las distintas rutas que esta localidad te facilita para que la conozcas mejor.
Después de una mañana de ruta, pon fin a tu hambre con los platos típicos de esta población, que se basan en el uso de arroces y de pescado, destacando el arroz a banda, el arroz negro y el caldero alicantino. Cada hotel en Santa Pola ofrece alimentos que se basan en la cultura de esta tierra, habiendo hueco también para un comida de carácter general. Imposible que comas mal o que te quedes con hambre.
Saborea, siente y repite tu viaje a esta ciudad dulce y tranquila. ¡Santa Pola mola!