No nos vamos a engañar, lo primero que pensamos cuando colocamos nuestra vista en el mapa y acariciamos el contorno de La Rioja es en sus vinos. Esa imagen de un reluciente y rosado licor que sale de una recién descorchada botella. Pero sus vinos no serán lo único que conviertan a esta región en uno de nuestros destinos predilectos del territorio nacional.
Montañas blancas y prados verdes se extienden en éste pequeño territorio que aúna características de todos los puntos cardinales del continente. Así, podemos descubrir sin salir de la región paisajes con un toque mediterráneo escondido entre viñedos; un paisaje alpino coronado por nieves en invierno y zonas áridas que dotan de un color diferente los paisajes.
La Rioja es capaz de reunir las mejores características de un destino vacacional pero también la magia especial de una escapadita. Y es que sobre todo, es un destino para compartirlo y así se plantean sus numerosas actividades de ocio. A orillas de cualquiera de los siete ríos nacidos en el valle del Ebro y que forman parte inseparable de su paisaje o imbuidos en el núcleo más activo de la ciudad de Logroño, esta región es, y ha sido, un área de inspiración para autores de altura como Ana María Matute, quien construía con palabras una fotografía caracterizada por sus álamos y chopos a orillas de sus ríos.
Otra buena razón para cargar la mochila de mapas y lanzarse a recorrer esta región son sus yacimientos arqueológicos. Un punto de encuentro que atrae a curiosos de todo el mundo en busca de los restos de historia más ambicionados, los fósiles de dinosaurios. En una ruta que nos trasladará millones de años atrás para conocer algo mejor a los pioneros en habitar la Tierra. Un recorrido con mucho encanto entre las localidades de Munilla, Enciso, Cornago e Igea paseando entre las colosales patas de un Diplodocus o a lomos de nuestra bicicleta. Pero no sólo los dinosaurios dejaron huella en éste territorio hace miles de años, y es que la historia de las lenguas romances escribe su primera línea en ésta comunidad autónoma. Aquí nace el primer libro en ésta lengua, por lo que también la historia de la comunicación guarda una página especial en la historia para La Rioja y en especial para el pueblo de San Millán de la Cogolla, enclave que no podrás irte sin visitar si no quieres perderte sus monasterios, de Yuso y Suso, Patrimonio de la Humanidad. Un secreto, la biblioteca del Monasterio de Yuso aún se encuentra conservada como hace 300 años.
Pero sin duda el actor más admirado y reconocido de ésta tierra es el vino. Más de 80 bodegas donde se prepara el producto más exportado de La Rioja y que hace las delicias de los expertos en el arte vinícola como acompañante perfecto, por ejemplo, de un buen plato de cordero en caldereta. Además, miles de planes de ocio nos ofrecen la oportunidad de pasear entre barricas, acercándonos a la vid y las uvas y convirtiéndonos en auténticos viticultores elaborando nuestro propio mosto o estimulando nuestras percepciones gustativas, visuales, olfativas y táctiles en los diferentes cursos de cata, paseos a pie o caballo por interminables viñedos, vinoterapia, actividades culturales… E incluso alguna que otra apuesta de ocio diferente como participar en la creación del vino ¿Hay algo más desestresante que pisotear la uva?
Miles de caminos que te llevarán a descubrir una región de tesoros en pueblos pintorescos como Ezcaray, Sajazarra u Ortigosa de Camerios; catedrales como las de Calahorra y Sto.Domingo (en la que curiosamente, podemos encontrar un gallinero en el interior). ¡Ah, y no te olvides de tomarte unos buenos pinchos por la Calle Laurel a nuestra salud!
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