Si tienes más calor que el vigilante de un puchero, estás de enhorabuena. Hoy te traemos los mejores consejos para refrescarte este veranito. Algunos son un poco extravagantes, pero todo vale para ganarle al calor esos graditos que tanto ansiamos. Y es que el calor es el tema recurrente de estos meses, ese comentario que no falta en los ascensores de todo el país. Este fenómeno que nos hace ahorrarnos el dinero de las sesiones de sauna entre junio y septiembre y que se debe a la incidencia de los rayos del sol y no, como siempre hemos creído, a la órbita terrestre va a tener que esperar otro verano si quiere deshacer nuestras ganas de combatirlo. Aquí te dejamos unas cuantas recomendaciones e ideas para que disfrutes del veranito sin derretirte (y ahorrando en la factura energética):
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Ducha caliente
Tampoco es necesario meterte a 40 grados bajo la alcachofa de la ducha, pero al contrario de lo que pensamos, ducharse con agua fría solo nos proporciona una breve sensación de frescor. La explicación científica es que el agua fría reactiva nuestro organismo y lo hace ‘trabajar’, haciéndonos sentir más rápido el calor de nuevo. Eso sí, el champú mentolado seguirá siendo nuestro mejor complemento.
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Ventilador orientado hacia la ventana
Y un buen bol de hielos delante del flujo de aire. Al contrario de lo que podría parecer, orientar el ventilador hacia la ventana hará evacuar el aire caliente de la estancia en la que nos encontramos, ayudando a refrescarla. El ejemplo más ilustrativo podemos observarlo en los ventiladores de los ordenadores, los cuales evacúan el calor de dentro hacia fuera y no en el sentido contrario. Tecnología punta.
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Engañando a nuestra mente
Y es que observando la naturaleza nos damos cuenta de que no somos los únicos capaces de distraer a nuestro sentido de la percepción. Solo hay que ver a los canguros, que se lamen las muñecas para refrescarse consiguiendo así que las venas y arterias desciendan de temperatura tras la evaporación de la saliva y produciéndoles sensación de refresco. Así, no es baladí la técnica que utilizan los obreros japoneses, los cuales colocan una toalla húmeda alrededor de su cuello y diversas partes del cuerpo para hacer creer a nuestro hipotálamo que nos encontramos en un ambiente algo más fresco disminuyendo la sensación de calor.
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Fabrica tu propio aire acondicionado
No lo vamos a negar, esta idea es algo más laboriosa, pero oye, puede salvarnos más de una siesta. Utilizando una neverita o un cubo dispuesto para ser agujereado y unos cuantos hielos, podemos fabricar nuestro propio aire acondicionado ahorrándonos un buen pico en nuestra factura de la luz. Un ventilador orientado hacia el fondo de nuestro recipiente y una salida del aire de lo más llamativa son los componentes esenciales para atraer a los pingüinos. Te dejamos un tutorial para que veas que hay más de uno que comparte nuestros delirios.
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Evita la humedad
Al contrario de lo que podríamos pensar, la humedad no es sinónimo de frescor. Mantente alejado de la ropa del tendedero o de la cocina cuando cueces cualquier cosa (siempre con precaución, no queremos que tengas que utilizar el extintor) pues hará el calor más pegajoso e insoportable. Y es que la humedad se adherirá a nuestra piel e impedirá la transpiración necesaria para rebajar nuestra temperatura corporal.
Si estos consejos no te parecen suficientes, tenemos también los clásicos. Dejar de lado los atracones, hacerte con un buen abanico o depilarte son algunos de los remedios más sencillos y simpáticos que podemos darte. Después de todo, llegará el invierno y pronto nos olvidaremos de los goterones, el fundirnos con el sofá y el dormir solos para evitar la hoguera con patas en la que se ha convertido nuestra pareja. Aunque si ninguno de estos consejos te ha servido, no vas a encontrar nada mejor que pasar unos días a la orilla de una playa paradisiaca en el Caribe, en alguna algo más cercana o surcando el mar en un Crucero. A calurosos días… ¡Grandes remedios!
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