El rincón del becario

El rincón del becario - Nautalia

El diccionario define la palabra becario como "estudiante en prácticas". Pero la realidad es que no existe definición para ésta posición por la que todos hemos pasado alguna vez. Si algún día me preguntaran a mí, no dudaría en definirnos como "aventureros con polivalencia". Y es que los becarios de hoy en día estamos preparados para cualquier cosa. Somos pequeños todoterrenos dentro de un mundo infinito de posibilidades que abarca desde poner cafés hasta enseñar a nuestros herederos en el puesto en muchos casos. Pero sobre todo, tenemos tantas aspiraciones como anécdotas a compartir. Vivencias para aderezar un poco la vida y despertar la carcajada a aquellos que nunca fueron becarios, los que nunca desearon serlo o los que saben perfectamente lo que es éste puesto. Así que, con vuestro permiso, éste será el cajón donde guardar y compartir cada una de las desventuras e historias de un becario intrépido.

Entre los más de 300.000 becarios de éste país, tiene que haber alguno al que le guste compartir su día a día. Sus inquietudes, sus preocupaciones, sus alegrías y que por supuesto, sea algo simpático. Así que aquí estoy yo, intentando cumplir con todos los requisitos para ser un becario de élite, de esos que se atreven a contar sus desventuras. Y es que una empresa es un lugar donde miles de historias se entrelazan, a veces formando ovillos de lo más complicado y en muchas ocasiones somos nosotros, los becarios, los que vemos la acción con una mirada diferente.

Cafés, fotocopias y otras arduas labores son ahora cosa del pasado. Ahora los becarios estamos dispuestos a reivindicar nuestro entrañado colectivo y ponerle letra a nuestras aventuras en la oficina. Y es que debemos ser tipos duros a veces, pero eso sí, con cara de buenos y ataviados con sonrisa, convirtiendo por ejemplo, un blog en una pequeña venganza premeditada. Y es que hay millones de becarios en el mundo, pero muy pocos se atreven a contar sus vivencias y andanzas. Espero, eso sí, que salgáis con una sonrisa cada vez que leáis éstas líneas, pues al final, es una suerte trabajar en lo que te gusta y tener la oportunidad de escribir sobre ello con toda libertad.